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Mikeas Sánchez, la poesía como resistencia

Continuamos nuestra serie sobre literatura en lenguas indígenas con cuatro poemas de Mikeas Sánchez, poeta, productora de radio y traductora zoque de la variante del norte alto, originaria de Chapultenango, Chiapas.

Mikeas Sánchez es heredera una gran tradición oral, cuenta que creció escuchando historias de cerros encantados y otros personajes llenos de misticismo. Los poemas que publicamos ahora forman parte del libro Mojk’jäyä-Mokaya. Mokaya es la dualidad masculina y femenina, su raíz etimológica es “mojk” que en lengua Ore se traduce como maíz. Mokaya es el hombre que cultiva la tierra, el hombre de maíz… Mokaya deriva también de Mojk’jäyä, es decir, “La mujer”, su complemento, la flor del maíz. La cosmovisión de los Ore’pät y las Ore’yomo se teje de mitos, música, danza y revelaciones oníricas. Mojk’jäyä-Mokaya es una aproximación a ese entramado de voces que descansan en la sabiduría y misticismo del ser zoque.

A través de la poesía de Mikeas Sánchez se puede recorrer parte de esa herencia de historias y conocimientos que se renuevan y nos recuerdan que, en este país y en este momento, es importante reconocer que si las palabras permanecen es porque los pueblos resisten aún llenos de magia.

 

V

Dzundyis kyonuksku’y numba
“Kujkiki’
yäre’ te’ tzame isandziyajubätzi
oyubäis nwyjtyae’ windy yä’ Nasakobajk
Kujkiki’
yäre’ te’ tzame makabä’ dzajkayae’ äj’ uneram
makakäjtzi yae’

Jin’ ma’ dzojkpä’i yä Nasakobajkäjsi
jin’ ma’ jowyajpäi jin ma’ dochäjkia’ äj’ däwäram
Tumäbä äj’ ngäjin sutyajpatzi äj’ däwä’
eyabäjin mbäjkindchägbatzi Jama’is ñäjtzkä”

V

La oración del sembrador reza
“Kujkiki’
esta es la palabra que me enseñaron
los que caminaron la tierra antes de mí
Kujkiki’
será la palabra que dejaré a mis hijos
el día de mi muerte

Porque no excederé mi paso por la tierra
ni abusaré del placer ni del dolor
Con una mano brindo mi ternura
con la otra recibo el calor del sol”

VI

Äjte’ te’ dzundy
mokaya’
mojk’jäyä
Kedgä’kätpatzi jojmorambä äj’ nwirun’jindam
ngobigbatzi äj’ dzokoyjin tumdumäbä tämbu
jindire’ suñ’gomujsibätzi yä’ Nasakobajk
Nä’ tzambatzi te’ kotzojk’ komi
ojnayajpatzi jach’tanä’ram
Dzemiajpatzi te’ joyjoyeram’
äj’ ore’ maka yayi’angas
mumu’is yajk mujsä juche nkätu äj’ iri yä’ Nasakobajkäjsi

VI

Soy el sembrador
protector de esta tierra
la flor del maíz
Observo con mis ojos antiguos
elijo con el corazón cada semilla
no es en balde mi conocimiento del mundo
Converso con el dueño del cerro
riño con las plantas malignas
Soy el provocador de los seres invisibles
mi voz se escucha hasta los confines de las montañas
porque nadie podrá negar mi paso por el universo

IV

Ngotzambatzi äj’ mama’
yajk’ ägbabä’is nkiojama’ Piogbachuwes’pyayu’kämä
täjp’pyuijtpabä tzawijse’ myoch’une’ijtkuy’omo
ajksa’is chajy’kyämäram
Ngypspatzi’ äj’ mama’omo
jä’ä te’omo ngypspatzi’
ngypspatzi’ kyastaña’oma’omo kutkuychäjk’pamä
te’ wänäbä jyotzkuy’omo
ji’ musibä’ dä’ ngärojkä’
Ngypspatzi äj’ mama’omo
teje’ teis nkypspa notpabä’jyara’omo
jyokpabäis te’ mambasawa’ kyotzambabäis tuj’
jyokpabäis yamä’ jojpajk’omo eyabä’naka nikurakabä äj’ machuwe
yäjt’kotubämaipskotumäbä’yame’jin

IV

Hablo de mi Madre
cuyo nahual se agazapa bajo el manto de Piogbachuwe
mientras su niñez es un saraguato
saltando entre los lienzos de caña
Pienso en mi Madre
si pienso en ella
y en su olor a castañas desde la cocina
en esa su ternura casi ciega
impenetrable
Pienso en mi Madre
y ella piensa en su Padre alcohólico
que espera el viento del norte en señal de lluvia
que espera de nuevo mirar en el río a la abuela desnuda
con sus 16 años

V

Ngotzambatzi äj’ dzu’mama
jejne’ suñi’ mujspabäis tyukä kafel’
teserike’ ñibä’ gardenia’jäyä
Äj’ dzu’mama petzibä’tyeksi’jinjäyä’tzäkibä’tyeksijin
jenerena’ xutyajpabä tandan’istam
joyjoye’istam
Teis’ jiokpana’ te’ kanikular
yagbajk’yomos’yasajin
teis’ jiokpana’ te’ kaku’y
nusanwajkubä’ chutzi’jin
yerbabuenajse’ omyajpabä
Mumu tiyä’ yajpak
nä’ ijtuk’ tumä mäja’roya
tzajsebä mij’ dzokokiäjsi
tere’ te’ mambasawa’ ñejnabyabäis te tuj’
tere’ te suskuyis’wyane
yajk’ kasäjpabäis

V

Hablo de mi abuela
aquella de manos ávidas para el corte de café
y el cultivo de las gardenias
Mi abuela con su amplia falda florida
siempre fue el lugar predilecto de las mariposas
y los duendes
Ella esperando la canícula
con su huipil de viuda
ella esperando la muerte
con sus pechos desnudos
y olorosos a hierbabuena
Cuando todo se desmorona
y tienes un dolor como de alga
como de roca
ella es el viento del norte que te trae la lluvia
ella es la nota más alta del carrizo
que te trae de nuevo la palabra alegría

 

 

Mikeas Sánchez

Poeta bilingüe, escritora, productora de radio y traductora zoque de la variante del norte alto, originaria de Chapultenango, Chiapas. Es maestra en Didáctica de la Lengua y la Literatura por la Universidad Autónoma de Barcelona. Fue residente del Centro Internacional de Traducción Literaria del Banff Centre of the Arts, en Alberta, Canadá (2006). Ha traducido El rescate del mundo, poemas de Rosario Castellanos (Puertarbor 2012) y poemas sueltos de Walt Whitman, Alda Merini y Oscar Oliva. Ha publicado: 5 libros de poesía. Parte de su obra poética ha sido traducida al catalán, italiano, alemán, maya, portugués e inglés.

Con información de Pluralia ediciones. Fotografía: Álvaro Figueroa y Laureano Reyes.

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