(En mi cabeza enferma no ha de caber un sueño, así como en el cielo no ha cabido una estrella.)
Sin embargo en mis ojos una pregunta existe y hay un grito en mi boca que mi boca no grita.
¡No hay oído en la tierra que oiga mi queja triste abandonada en medio de la tierra infinita!
Y por la vastedad del vacío van ciegas las nubes de la tarde, como barcas perdidas que escondieran estrellas rotas en sus bodegas.
Y la muerte del mundo cae sobre mi vida.
* Ilustraciones a partir del poema Tengo miedo de Pablo Neruda